Toda distancia se salva...
martes, 8 de diciembre de 2009
sábado, 3 de octubre de 2009
martes, 29 de septiembre de 2009
¿Quién es?
¿qué tan perdidos estamos?
¿qué tan perdida estoy?
¿Quien es el timonero
cuando no gobierno?
cuándo anclar...
...
un camino...
miércoles, 26 de agosto de 2009
Su susurro suave
domingo, 24 de mayo de 2009
Alegoría
«Dime: ¿no has visto tú representar alguna comedia adonde se introducen reyes, emperadores y pontífices, caballeros, damas y otros diversos personajes? Uno hace el rufián, otro el embustero, éste el mercader, aquél el soldado, otro el simple discreto, otro el enamorado simple; y, acabada la comedia y desnudándose de los vestidos della, quedan todos los recitantes iguales.
-Sí he visto —respondió Sancho.
-Pues lo mismo —dijo don Quijote— acontece en la comedia y trato de este mundo, donde unos hacen los emperadores, otros los pontífices, y, finalmente, todas cuantas figuras se pueden introducir en una comedia; pero, en llegando al fin, que es cuando se acaba la vida, a todos les quita la muerte las ropas que los diferenciaban, y quedan iguales en la sepultura.
-¡Brava comparación! —dijo Sancho—, aunque no tan nueva que yo no la haya oído muchas y diversas veces, como aquella del juego del ajedrez, que, mientras dura el juego, cada pieza tiene su particular oficio; y, en acabándose el juego, todas se mezclan, juntan y barajan, y dan con ellas en una bolsa, que es como dar con la vida en la sepultura.
-Cada día, Sancho —dijo don Quijote—, te vas haciendo menos simple y más discreto.»
(Cervantes, Quijote, II)
-Sí he visto —respondió Sancho.
-Pues lo mismo —dijo don Quijote— acontece en la comedia y trato de este mundo, donde unos hacen los emperadores, otros los pontífices, y, finalmente, todas cuantas figuras se pueden introducir en una comedia; pero, en llegando al fin, que es cuando se acaba la vida, a todos les quita la muerte las ropas que los diferenciaban, y quedan iguales en la sepultura.
-¡Brava comparación! —dijo Sancho—, aunque no tan nueva que yo no la haya oído muchas y diversas veces, como aquella del juego del ajedrez, que, mientras dura el juego, cada pieza tiene su particular oficio; y, en acabándose el juego, todas se mezclan, juntan y barajan, y dan con ellas en una bolsa, que es como dar con la vida en la sepultura.
-Cada día, Sancho —dijo don Quijote—, te vas haciendo menos simple y más discreto.»
(Cervantes, Quijote, II)
martes, 12 de mayo de 2009
Qué es lo que mueve al mundo?
A esperança é um dom
Que eu tenho em mim
Tenho um sonho em minhas mãos
Amanhã será um novo dia
Caetano...
Caetano...
jueves, 30 de abril de 2009
lunes, 20 de abril de 2009
feeling
“Aprendí que las personas olvidarán lo que dijiste, olvidarán lo que hiciste, pero las personas nunca olvidarán cómo las hiciste sentir.”
domingo, 19 de abril de 2009
Dominate
Después de haber ganado muchos concursos de arco y flecha, el joven campeón de la ciudad fue a buscar al maestro zen. - Soy el mejor de todos – dijo.
– No aprendí religión, no busqué ayuda de los monjes y conseguí llegar a ser considerado el mejor arquero de toda la región.
He sabido que durante una época, usted también fue considerado el mejor arquero de la región, y le pregunto: ¿había necesidad de hacerse monje para aprender a tirar?- No – respondió el maestro zen.
Pero el campeón no se dio por satisfecho: sacó una flecha, la colocó en su arco, disparó, y atravesó una cereza que se encontraba muy distante. Sonrió, como quien dice “podía haber ahorrado su tiempo, dedicándose solamente a la técnica”, y dijo:
- Dudo que pueda usted hacer lo mismo.
Sin demostrar la menor preocupación, el maestro entró, cogió su arco y comenzó a caminar en dirección a una montaña próxima.
En el camino existía un abismo que sólo podía ser cruzado por un viejo puente de cuerda en proceso de podredumbre, a punto de romperse. Con toda la calma, el maestro zen llegó hasta la mitad del puente, sacó su arco, colocó la flecha, apuntó a un árbol al otro lado del despeñadero y acertó el blanco.
- Ahora es tu turno – dijo gentilmente al joven, mientras regresaba a terreno seguro.
Aterrorizado, mirando el abismo a sus pies, el arquero fue hasta el lugar indicado y disparó, pero su flecha aterrizó muy distante del blanco.
- Para eso me sirvieron la disciplina y la práctica de la meditación – concluyó el maestro, cuando el joven volvió a su lado. – Tú puedes tener mucha habilidad con el instrumento que elegiste para ganarte la vida, pero todo esto es inútil si no consigues dominar la mente que utiliza este instrumento.
– No aprendí religión, no busqué ayuda de los monjes y conseguí llegar a ser considerado el mejor arquero de toda la región.
He sabido que durante una época, usted también fue considerado el mejor arquero de la región, y le pregunto: ¿había necesidad de hacerse monje para aprender a tirar?- No – respondió el maestro zen.
Pero el campeón no se dio por satisfecho: sacó una flecha, la colocó en su arco, disparó, y atravesó una cereza que se encontraba muy distante. Sonrió, como quien dice “podía haber ahorrado su tiempo, dedicándose solamente a la técnica”, y dijo:
- Dudo que pueda usted hacer lo mismo.
Sin demostrar la menor preocupación, el maestro entró, cogió su arco y comenzó a caminar en dirección a una montaña próxima.
En el camino existía un abismo que sólo podía ser cruzado por un viejo puente de cuerda en proceso de podredumbre, a punto de romperse. Con toda la calma, el maestro zen llegó hasta la mitad del puente, sacó su arco, colocó la flecha, apuntó a un árbol al otro lado del despeñadero y acertó el blanco.
- Ahora es tu turno – dijo gentilmente al joven, mientras regresaba a terreno seguro.
Aterrorizado, mirando el abismo a sus pies, el arquero fue hasta el lugar indicado y disparó, pero su flecha aterrizó muy distante del blanco.
- Para eso me sirvieron la disciplina y la práctica de la meditación – concluyó el maestro, cuando el joven volvió a su lado. – Tú puedes tener mucha habilidad con el instrumento que elegiste para ganarte la vida, pero todo esto es inútil si no consigues dominar la mente que utiliza este instrumento.
Dos historias sobre montañas
coelho
jueves, 16 de abril de 2009
martes, 14 de abril de 2009
miércoles, 11 de febrero de 2009
viernes, 6 de febrero de 2009
domingo, 25 de enero de 2009
jueves, 22 de enero de 2009
lunes, 12 de enero de 2009
Retazo
“Habrá que desenvainar las espadas del texto / Y escribir una canción aunque no haya algún pretexto / Y dedicársela al primero que pase caminando / Al que se quedó pensando / Al que no quiere pensar / Al olvido selectivo / A la memoria perdida / A los pedazos de vida que no vamos a perder jamás”
calamaro
miércoles, 7 de enero de 2009
No es una tregua
Si el sueño fuera (como dicen) una tregua, un puro reposo de la mente, ¿por qué, si te despiertan bruscamente, sientes que te han robado una fortuna? ¿Por qué es tan triste madrugar? La hora nos despoja de un don inconcebible, tan íntimo que sólo es traducible en un sopor que la vigilia dora de sueños, que bien pueden ser reflejos truncos de los tesoros de la sombra, de un orbe intemporal que no se nombra y que el día deforma en sus espejos. ¿Quién serás esta noche en el oscuro sueño, del otro lado de su muro?
Jorge Luis Borges
El sueño
El sueño
¿qué seríamos sin los sueños? creo que un sueño (esos de noche... esos de la inconciencia)...más de alguna vez a cambiado el rumbo de alguna vida... y ha hecho al bello durmiente desear dormir y seguir soñando... añorar el momento del sueño para viajar en ese mundo de melodramas de acción...
¿quién serás esta noche en el oscuro sueño, del otro lado de su muro?
domingo, 4 de enero de 2009
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